Los neumáticos son uno de los elementos del coche que más se deterioran debido a que están en continuo contacto con la vía y son la unión entre el vehículo y la carretera.
A continuación, indicamos una serie de consejos para realizar un correcto mantenimiento de los neumáticos y de esta manera mantener sus prestaciones y calidad durante toda su vida útil.
Cómo hacer el mantenimiento de un neumático
Nos tenemos que fijar en 3 factores fundamentales: la profundidad de la banda de rodadura (dibujo de la rueda), la presión de la rueda y la suspensión.
La profundidad de la banda de rodadura:
La normativa europea establece una profundidad mínima de 1,6 mm, aunque se recomienda que esta profundidad sea un poco mayor. Para ello, existen testigos de desgaste como referencia que incorporan los propios fabricantes de neumáticos, como es el caso de pequeños tacos en los surcos de la banda de rodadura.
La presión del neumático:
En cuanto a la presión correcta las ruedas, éstas pierden presión con el paso del tiempo. Se recomienda medir, cada 15 días, con un manómetro de presión de neumáticos (de calidad y correctamente calibrado) previa consulta de la presión correcta en el manual del vehículo. La medición se tiene que hacer con el neumático en frío teniendo en cuenta la carga del vehículo para modificar la presión.
Una presión insuficiente aumenta el consumo de combustible y existe mayor riesgo de que el neumático se salga de la llanta o de un reventón. Con una presión excesiva, aumenta el riesgo de cortes e impactos y se sacrifica el confort de la conducción, pues disminuye la capacidad de absorber las irregularidades del firme. En ambos casos, se produce un desgaste acelerado del neumático y se aumenta la distancia de frenado.
Recuerda que, en caso de tener que sustituir alguno de los neumáticos, tienes que hacerlo también con el otro de su eje (delantero o trasero). De lo contrario, provocarás una inestabilidad que puede afectar negativamente a la seguridad del vehículo.
No nos tenemos que olvidar de revisar también la presión de la rueda de repuesto, indispensable en caso de emergencia.
La suspensión del vehículo:
El sistema de suspensión también tiene que ser revisado. El amortiguador es un elemento que se deteriora progresivamente comprometiendo la seguridad del vehículo, especialmente en conducción extrema y situaciones de riesgo.
Se recomienda que los amortiguadores se revisen por el servicio técnico cada 20.000 km o en caso de observar:
-Pérdida de aceite en los amortiguadores.
-Que la suspensión del vehículo oscila lateralmente o si cuesta recuperar la estabilidad después de un bache.
-En la frenada, el morro del vehículo se inclina excesivamente.
-Al circular por carretera irregular el vehículo absorbe con excesiva violencia las irregularidades de la vía o, si es de noche, los faros vibran excesivamente.
-Al circular con el viento lateral, el vehículo sufre bandazos.
-Que los neumáticos se desgastan de forma irregular o se produce un desgaste muy rápido de los mismos.
-Ruidos bruscos localizados en la parte trasera o delantera.